La relación con los hijos es totalmente desinteresada, claro está. La gran mayoría de las veces, hacemos cosas única y exclusivamente por su bien. Sí, disfrutamos del hecho de que sean felices con aquella actividad o juego, por supuesto, pero puede que nosotros no estemos gozando plenamente sirviendo el té a las muñecas, escuchando por enésima vez esa canción en Youtube, haciendo de alumno rezagado o de caballo incansable arriba y abajo de la casa.
Ha dicho
Ha dicho
Ha dicho
La relación con los hijos es totalmente desinteresada, claro está. La gran mayoría de las veces, hacemos cosas única y exclusivamente por su bien. Sí, disfrutamos del hecho de que sean felices con aquella actividad o juego, por supuesto, pero puede que nosotros no estemos gozando plenamente sirviendo el té a las muñecas, escuchando por enésima vez esa canción en Youtube, haciendo de alumno rezagado o de caballo incansable arriba y abajo de la casa.